THE LOVE WITCH: MEMORIA DE ANNA BILLER
Los Angeles es una ciudad llena de fantasmas, con casas de atrezo, viejos decorados y gente con miles de historias que contar sobre películas antiguas. Para mí, gran parte de hacer cine es adentrarme en este mundo: sacar y utilizar esas cámaras antiguas, lentes, objetos y técnicas que para la mayoría ya son obsoletas.
Me di cuenta de que una de las razones por las que estoy obsesionada con el viejo Hollywood es que solían hacer muchas “películas de mujeres” que no trataban sobre hombres dominando su entorno y estas mujeres, sino sobre temas sociales y psicológicos relacionados con el mundo femenino. Decidí que haría cine sobre experiencias reales de mujeres que satisficieran el placer visual femenino. Estoy interesada en explorar ideas de qué significa “mujer” en la cultura hoy en día y en no mostrar a la mujer cosificada en mis películas, sino como una imagen en el espejo.
En THE LOVE WITCH, Elaine, la bruja, es una mujer “construida” por completo: con capas de maquillaje, pestañas postizas, lencería fetiche, peluca y trajes victorianos. La bruja abraza su propia imagen, defiende de la misma forma el poder femenino como la sexualidad femenina que temen los hombres. Me inspiré en películas como Repulsión (Polanski), con sus detalles de pesadillas interiores de una mujer dañada o en Marnie (Hitchcock), que tenía el look de horror-romance y la calidad en Technicolor que mi director de fotografía y yo queríamos conseguir.
La película fue una labor de amor total. Yo realicé todo el vestuariorenacentista y el armario de Elaine, además de todo el atrezo, incluida una alfombra de pentagrama hecha a mano. Hice cientos de sketches del set y del vestuario ystoryboards; hice pinturas y escribí partituras; pasé años escribiendo y reescribiendo el guion y trabajé mucho tiempo con mi actriz principal para desarrollar todas las capas del personaje. La película combina fantasías cinematográficas (la habitación de té rosa con la que se expresan las fantasías de princesa de Elaine, una escena elaborada y renacentista, con toques de horror gótico vintage, un repulsivo vestuario de aquelarre, una paleta Technicolor, la luz esculpida…) con fragmentos emocionales de dolor y deseo de mi propia vida y de otras mujeres que he conocido. |