LOEWE MUJER OTOÑO INVIERNO 2016

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OTOÑO INVIERNO 2016

Los ángulos de hormigón de la sala Ségur y el ambiente íntimo creado por las obras de arte expuestas en la sala Miró, en el interior de la sede de la Unesco de París, son el entorno perfecto para la presentación de la colección de LOEWE para la próxima temporada Otoño-Invierno 2016.

Una colección sofisticada y fresca a partes iguales, salpicada de pinceladas de ingenio y toques de humor, en la que queda patente el dominio técnico de la marca, así como la redefinición y el perfeccionamiento continuos de los códigos modernistas propuestos a lo largo de las tres últimas temporadas.

Como eje central de la colección, faldas y vestidos que, mediante diversos métodos avanzados, acentúan la silueta de la mujer. La colocación de cada plisado se ha estudiado detenidamente, las prendas se han diseñado para sentirlas como una segunda piel, el corte de cada falda se ha calculado con precisión para lograr un movimiento exacto.

El concepto de experimentación impregna la colección. Las camisas de algodón deconstruidas extragrandes se convierten en vestidos y los abrigos informales están confeccionados en sarga acolchada, confiriendo a su espíritu funcional nuevas e inesperadas dimensiones.

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El ‘juego de los contrarios’ ha definido el espectro de los materiales de la nueva colección. Como en temporadas anteriores, los tejidos naturales se yuxtaponen con otros sintéticos; por ejemplo, en un jersey de bambú orgánico combinado con nylon o en sedas salvajes alternadas con viscosa arrugada.
Asimismo, la colección incorpora nuevas texturas, como las creadas tejiendo gomas industriales para dar forma a una falda o cota de maya fabricada de alambre para confeccionar un vestido. Y un proceso de reconfiguración muy meditado ha cedido el paso a un concepto de tweed mucho más suave y moderno.

Los detalles estéticos de la colección implican igualmente un alto grado de técnica; son el resultado de un proceso de ingeniería, más que de mera mecánica. Las prendas integran piezas metálicas para construir una silueta informal mediante medios innovadores. También vemos pinceladas de oro en un corpiño de piel de ternera pintado a mano con pan de oro —para lograr un efecto sobrio y antiguo— y en impresiones en silicona.

Entre los numerosos bolsos de la colección, el bolso Amazona en primer plano, presente en tres nuevos modelos, incluida una versión con varios bolsillos que aúna la funcionalidad con una estética desenfadada. Completa la colección el nuevo bolso ‘Joyce’, con una prominente placa circular con el logotipo dorado. Y para terminar, un irresistible colgante de napa, pintado a mano y con forma de cara de gato, ancla la colección firmemente a la cultura de nuestros días.

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