PROLOGO
Cuando una persona te pide que formes parte de algo tan especial como un libro suyo, es un enorme honor. Es pedir que sea el padrino de uno de sus hijos, ni más ni menos. Y eso, además de un honor, es una enorme responsabilidad.
Espero ser merecedor de la confianza depositada y de lo que ello supone.La verdad es que no es la primera vez que hago el prólogo de una novela. Y siempre recibo la propuesta con la misma mezcla de sentimientos, entre la alegría y la responsabilidad, entre la emoción y la preocupación. Pero lo que nunca me había ocurrido es lo que me ha pasado con La Mirada de Sofía: que me inviten a introducir una obra en la que veo reflejada a mi hija que en este momento tiene 11 años. Y reconozco que es una sensación muy grata.Quizás el mejor modo de presentar esta novela (que en una tercera lectura me asombra aún más que en la primera) sea explicar cómo ven los niños las cosas que nosotros magnificamos.
La mirada de Sofía es una novela que describe la esencia de la imaginación de los niños para solucionar los problemas. Pocas cosas son difíciles de solucionar con imaginación y creatividad.La historia de Sofía refleja la visión de muchos niños ante las muchas dificultades que nos presenta la vida en su día a día.
Pero en esta historia hay algo más, algo muy importante. La novela es una especie de sacudida a nuestras conciencias, de toque de atención para que nos demos cuenta de antes de decir “No” a las propuestas de nuestros hijos hemos de escuchar sus razonamientos que en muchas ocasiones son más sabios y más adultos que los nuestros.No contaré más. Los libros están escritos para que quienes los lean vivan sus propios sentimientos y los hagan suyos. Pero sí que diré que hay que leerlo porque disfrutareis de su lectura.
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