Memorias de la bahía de Slack
Mientras buscaba una historia cómica que pudiera tener lugar en la Costa Opal (la región en la que he vivido y mejor conozco) me topé con algunas postales antiguas, en partícular unas que mostraban “Los paseantes de la bahía de Slack”, esos locales que acarreaban a gente de clase media de un lado a otro del río Slack a principios del siglo XX. Fue el punto de partida de LA ALTA SOCIEDAD, que impulsó todo lo demás: Los Brufort en un lado, los Van Peteghem en el otro, la historia de amor y las misteriosas desapariciones. Cuando empecé el guion iba llenando los huecos con esas postales. A diferencia de EL PEQUEÑO QUINQUIN, que lo escribí sin saber si sería divertido, en este caso lo tenía presente todo el rato, buscaba el poder cómico de cada situación. La comedia es una máquina, un mecanismo que tiene efecto inmediato, es completamente diferente de crear que el drama y mucho más difícil.
Bruno Dumont |