El local apuesta por una amplia gama de vinos naturales a precios ajustados, con un primer descorche a 10 € y el segundo a 5€ Flying Monkey se encuentra en la calle Amigó de Barcelona y apuesta por una cocina vegetal y sofisticada de vocación healthy y profundamente inspiradora Nada más poner los pies en el pequeño comedor de Flying Monkey (o en su agradable terraza siempre solicitada) es fácil darse cuenta de que estamos en un lugar donde se cuida hasta el más mínimo detalle. Desde su acogedor interiorismo de inspiración nórdica a la decoración, la vajilla o las flores frescas en las mesas. Por no hablar de un pan excelente que se elabora a diario en su obrador y de la selección de la mejor materia prima, que da lugar a una carta corta y equilibrada, sana, original y muy mediterránea. Con el objetivo de acercar la oferta de vinos naturales y de poca intervención a un público intrépido y ávido de descubrir nuevas propuestas, Flying Monkey estrena carta, que sigue la misma filosofía que los platos. Vinos naturales o de escasa intervención, de pequeñas bodegas, gran parte de ellos catalanes y todos, sin excepción, propuestas singulares y originales. La chef Ronit Stern, responsable del restaurante, pretende con esta iniciativa “acercar al público una serie de vinos que hemos escogido con mimo a precios populares, por ello los ofrecemos a precio de coste con un plus de descorche de 10 € en la primera botella y de 5 € en las sucesivas”. Una propuesta perfecta, pues, para probar vinos diferentes de entre su amplia gama de blancos, rosados, tintos, orange y espumosos, a precio imbatible para la restauración. Pese a que en la carta encontramos vinos españoles y franceses, la mayoría son catalanes, procedentes de pequeñas bodegas con historia y en general naturales. La carta cuenta, además, con diversas propuestas de vino a copas para todos aquellos que se resistan a descorchar una botella. Una carta de vinos completa, equilibrada y original, perfecta para maridar con propuestas gastronómicas en forma de platillos que van desde el babaganoush con pico de gallo al bocadillo de pastrami de pollo natural y bacon, los buñuelos de berenjena quemada y manzana verde encurtida, el guacamole y postres como el lemon pie o el cheesecake. Como todo en Flying Monkey, cada plato se elabora con un primor exquisito y es el resultado de la sensibilidad de una chef que selecciona con rigor una materia prima excelente, en su mayor parte ecológica, y la transforma en recetas únicas e inspiradoras, siempre saludables y vistosas. Además de la carta, Flying Monkey dispone desde sus inicios de un menú de mediodía que consta de un entrante, un plato principal y un postre, todo casero, todo delicioso, ligero y sano. Un menú que se ha convertido en uno de los más aclamados de la zona, que permite a la clientela comer casero pero muchísimo mejor que en casa. El local cuenta también con una amplia oferta de desayunos donde brillan sus panes artesanos y sus piezas de bollería exquisitas elaboradas diariamente en el obrador de Oz, una panadería propia que se encuentra en el local contiguo donde Stern da rienda suelta a su amor por el pan y los pasteles. Hay opciones para todos los gustos: desde la nube de huevo con pan de leche a un bikini que levanta pasiones o la granola con yogur artesano y fruta de temporada, entre otras propuestas. Flying Monkey C/ d’Amigó, 37, 08021 Barcelona Abierto cada día. @flyingmonkeybcn Carta de vinos y gastronómica, adjuntos. | |