Dian Fossey (San Francisco, Estados Unidos, 16 de enero de 1932 – Ruhengeri, Ruanda, 26 de diciembre de 1985) (53 años) fue una zoóloga estadounidense reconocida por su labor científica y conservacionista con los gorilas (Gorilla beringei beringei) de las montañas Virunga (en Ruanda y el Congo).
Nació en San Francisco en 1932, y se graduó en Terapia Ocupacional en el San Jose State College en 1954 pasando varios años trabajando en un hospital de Kentucky. Motivada por el trabajo de George Schaller, destacado zoólogo estadounidense que se dedicó al estudio de los gorilas, Fossey viajó a África en 1963. Allí observó y estudió a los gorilas de las montañas en su hábitat natural y conoció al arqueólogo británico Louis Leakey, de quien aprendió la importancia del estudio de los grandes simios para comprender la evolución humana.
En 1966 logró el apoyo de la National Geographic Society y la Fundación Wilkie para trabajar en Zaire, pero pronto la complicada situación política del país la forzaría a trasladarse a Ruanda para continuar sus investigaciones. Su paciencia y su meticulosa observación de los gorilas le permitieron comprender e imitar su comportamiento, ganando paulatinamente la aceptación de varios grupos. Aprendió a reconocer las características únicas de cada individuo, llegando a tener con ellos una relación de confianza y afecto. Karisoke, su lugar de estudio, se convirtió en centro internacional de investigación sobre los gorilas cuando ella fundó el Centro de Investigación de Karisoke en 1967. En 1974 recibió el grado de doctora en Zoología por la Universidad de Cambridge.
En 1983 publica Gorilas en la niebla, libro que expone sus observaciones y su relación con los gorilas en todos sus años de estudios de campo.
En sus 22 años de estudio con los gorilas, Fossey enfrentó y combatió la actividad de los cazadores furtivos que estaban llevando la especie de los gorilas de la montaña a la extinción. Esta lucha le creó muchos enemigos, y se sospecha que fue el motivo de su asesinato en 1985.
Su muerte, a machetazos, fue atribuida al jefe de los cazadores furtivos de gorilas contra los que luchó. En un principio se señaló a los furtivos, pero posteriormente fue acusado Wyne McGuire, un joven estudiante que se encontraba bajo la asesoría de Fossey y al que se le acusó de ‘celos profesionales’. McGuire huyó a Estados Unidos poco antes de que un Tribunal ruandés le acusase del crimen y le condenase a morir fusilado en cuanto pisara territorio de Ruanda. Hoy en día, sin embargo, la teoría más extendida es la del asesinato a manos de los furtivos con el apoyo de las autoridades ruandesas.
Su trabajo contribuyó en gran parte a la recuperación de la población de gorilas y a la desmitificación de su comportamiento violento.
Fossey fue encontrada asesinada en el dormitorio de su cabaña en las montañas de Virunga, Ruanda, el 26 de diciembre de 1985. La última entrada en su diario decía:
Cuando te das cuenta del valor de la vida, uno se preocupa menos por discutir sobre el pasado, y se concentra más en la conservación para el futuro.
El Cráneo de Fossey había sido dividido por una panga (machete), una herramienta ampliamente utilizada por los cazadores furtivos, que había confiscado a un cazador furtivo en años anteriores y colgado como decoración en la pared de su sala de estar junto a su dormitorio. Fossey fue encontrada muerta junto a su cama, con su pistola a su lado. Ella estaba en el acto de cargar su arma, pero escogió el tipo incorrecto de municiones durante la lucha. La cabaña mostró signos de una lucha porque había vidrios rotos en el suelo y las mesas, junto con otros muebles volcados. Todos los objetos de valor de Fossey todavía estaban en la cabaña – miles de dólares en efectivo, cheques de viaje, y equipo fotográfico permanecían intactos. Ella estaba a 2 metros (7 pies) de distancia de un agujero cortado en la pared de la cabaña en el día de su asesinato.
Fossey fue enterrada en Karisoke, en un sitio que ella misma había construido para sus amigos gorilas muertos. Fue enterrada en el cementerio de gorilas cerca de Digit y cerca de muchos gorilas asesinados por los cazadores furtivos. Los servicios conmemorativos se llevaron a cabo también en Nueva York, Washington y California.
El testamento de Fossey establecía que todo su dinero (incluidas las ganancias de la película de Gorilas en la niebla) debería ser destinado a la Fundación Digit para financiar las patrullas contra la caza furtiva. Sin embargo su madre, Kitty Price, impugnó el testamento y ganó.
En 1988 la vida y obra de Fossey fue retratada en la película Gorilas en la niebla (Gorillas in the Mist), dirigida por Michael Apted y protagonizada por Sigourney Weaver.