Como apoyo al lanzamiento de su nuevo single  Honey y por los veinte años de innovadora producción de  Death In Vegas, Richard Fearless realiza una gira europea el próximo mes de julio, donde ofrecerá una serie de shows que representan su particular visión de la cultura de club.

Death in Vegas fue uno de los grupos pioneros en hacer rock y pop incorporando herramientas electrónicas creando un híbrido tan apto para bailar en una discoteca como para escuchar tumbado en el sofá. Un proyecto en el que han logrado involucrar a gente de la talla de  Iggy Pop o  Paul Weller y con el que no han dejado nunca de innovar. Curtidos en directo, sus conciertos son siempre una fiesta.

Siempre impredecibles, desde que publicaran su primer álbum  Dead Elvis (Concrete, 1997), Death in Vegas, se ganaron el respeto de la crítica especializada. Pero no fue hasta la publicación de   The Contino Sessions (Concrete, 1999), con colaboraciones de artistas como Iggy Pop,  Dot Allison o  Bobbie Gillespie de  Primal Scream, cuando se ganaron la confianza de un público ávido de nuevos sonidos. Con su siguiente trabajo,  Scorpio Rising (Concrete, 2002), agrandaron su lista de ilustres colaboradores con la voz de  Liam Gallagher de  Oasis, Paul Weller,  Hope Sandoval o Nicola de Adult.  Satan’s Circus (Drone, 04) supuso una nueva vuelta de tuerca en su trayectoria. Un disco de clara vocación experimental en el que los ingleses apostaron por un sonido más sobrio y oscuro al que volverían en  Trans-Love Energies (Drone, 2011). En su más reciente álbum  Transmission, de 2016, siguieron instalados en el lado darky de la electrónica, añadiendo elementos de techno y EBM a su potente y característico sonido.