A bordo de la nave ‘New Shepard’ de Blue Origin, Calleja y otros cuatro tripulantes se embarcaron en un vuelo suborbital que les permitió experimentar la ingravidez y observar la belleza de nuestro planeta. «Por más expectativas que tenía, que eran muy altas, ver este planeta es tan abrumador, tan sublime… el azul es tan intenso que parecía casi fosforito. El universo es negro, pero un negro que no puedo describir. Creo que es un negro que no existe en la Tierra», relató Calleja. Su asombro fue palpable al describir la atmósfera: «Se ve perfectamente dónde termina la atmósfera». El aventurero, quien siempre ha enfrentado desafíos extremos en su carrera, admitió que las fases del vuelo son, sin duda, complicadas. » Uno de los momentos más memorables de su experiencia ocurrió cuando se soltó del asiento, experimentando la ingravidez: » Pensé que estábamos en picado y que algo no iba bien. Era yo el que iba al revés respecto a todos, que estaban derechos. Fue todo fascinante». Los momentos de emoción fueron intensos. Calleja relató uno particularmente significativo: «Hubo un momento en el que no pude hablar porque la imagen es tan potente que empecé a llorar. Se me agarró la garganta y no me daba cuenta hasta que vi una gota flotando, que pensaba que era del aire acondicionado. No, era yo, que estaba llorando» Mientras intenta asimilar la magnitud de su experiencia en la misión NS-30 de Blue Origin, Calleja se siente orgulloso de haberse unido a un selecto grupo de aproximadamente 700 personas que han tenido la oportunidad de viajar al espacio. Este 25 de febrero de 2025 quedará grabado en la historia no solo como un logro personal, sino como un testimonio del potencial humano para explorar lo desconocido. Con cada palabra, Calleja transmite la profunda conexión que experimenta con nuestro planeta y el vasto universo que lo rodea, recordándonos que hay aventuras que van más allá de lo físico y que nos invitan a reflexionar sobre nuestra existencia y nuestro lugar en el cosmos. | |